Mucho se ha discutido acerca de si los derechos sociales podían o no ser exigibles de igual manera que los derechos civiles y políticos.

Los defensores de derechos humanos ensayaron para esto una estrategia argumental dirigida a mostrar que tanto los derechos civiles y políticos cuanto los sociales implicaban costos y tenían obligaciones positivas en su contenido.

Se alegaba que para el caso de los derechos sociales solo había un deficiente desarrollo de las estructuras burocráticas y de garantía (Ferrajoli) que hicieran posible su reconocimiento equivalente al de los "antiguos" derechos civiles. Pero esta discusión, quedaba a mi ver, presa de un desacuerdo de tipo "afectivo" o diría "emocional" por el cual se discute en definitiva sobre cómo preferiríamos que fueran las cosas. Y este tipo de desacuerdo, como ha enseñado Carrió, es difícil de desarticular si se lo enfoca como una discusión basada en hechos o normas.

Si bien los mismos comparten la naturaleza de derechos fundamentales, existen entre ellos varias diferencias que requieren un tratamiento especial y un proceso judicial acorde. En una reconstrucción posible del desacuerdo, en mi libro: Juicio a la desigualdad. La defensa de los derechos sociales a través del proceso, ensayo la "tesis de la diferenciación", buscando alternativas argumentales y de judicialización para lograr la vigencia efectiva de los derechos sociales.

El 27 de septiembre presenté una síntesis de los contenidos del libro como parte de las actividades del sitio de formación. Te comparto debajo en video de la presentación.

¡Que lo disfrutes!